Ruta para un sueño
La fuerza de un equipo


El Libro
Correr un maratón es una experiencia límite. Cuarenta y dos kilómetros en los que el corredor somete su cuerpo a un castigo casi inhumano, justificado por el anhelo de alcanzar una meta, de superar una frontera a la vez psicológica y física.
En el mensaje de Melamed hay disciplina, trabajo en equipo, humildad, confianza en sí mismo y en los demás, determinación frente a las frustraciones y amor a Venezuela. En Ruta para un sueño, Maickel Melamed narra cómo se forjó ese mensaje.
Introducción
Siempre he pensado que lo más interesante del sueño de cualquier persona no se encuentra al final de su conquista, cuando se concreta, sino cuando se da inicio a su concepción. La máxima intensidad emocional está en la aventura de comenzar a tomar acciones para hacer realidad un sueño.
La emoción que se siente al comenzar a trabajar para alcanzar un sueño es inigualable. Es como volver a nacer. Creo que esa es la emoción más grande que cualquiera puede sentir; es como conquistar un amor y todo es posibilidad pura.
El maratón de Nueva York era un anhelo que iba conmigo día y noche desde el año 2009, Mi hambre de aventura se renovaba y mi sistema orgánico me decía que tenía la necesidad de probar mis límites a lo grande nuevamente. ¿ Se pueden imaginar lo que significó para mí estar en Nueva York a finales del 2011, después de soñar durante tanto tiempo?
Eso es solo una parte de lo que quisiera contarles en este libro. No solo lo que esos cuarenta y dos kilometros significaron para mí y cómo cambiaron mi vida, sino cómo lo vivió el gran equipo del cual formé parte, el entramado que hizo posible que yo cumpliera mi sueño y que mi anhelo se convirtiera en el sueño de muchos
Un imposible es un emprendimiento por conquistar. Un emprendimiento es un sueño que se hace plan, se hace esencia, se hace equipo, se hace principios, se hace pasión para hacerse realidad. Este libro es la historia de un emprendimiento. Un relato que te contará cómo emprender, cómo construir y cómo apoyarse en las fortalezas de muchos para concretar, sea cual sea, tu gran sueño, para llegar a vivirlo, disfrutarlo y compartirlo con tus seres amados. Esta es la historia de cómo tú, al superar tu éxito, logras ir más allá, hasta lograr encontrar tu trascendencia humana.
El viernes 4 de noviembre de 2011 fue el último día de entrenamiento antes del maratón. La última hora que pasé entrenando fue muy especial para mí. Esa última hora significaba el final de un período de mi vida, el fin de una búsqueda: pararme en la línea de salida de mi propio sueño.
Siento que la historia de la dignidad humana tiene algo que ver con eso, con que el mundo no nos deja pararnos en la línea de arranque. La verdadera dignidad humana está justamente en pararse en esa línea de salida. Que yo tardase más de tres años en pararme en esa línea, que ese viernes terminara el entrenamiento, fue inigualable.
Ese día entrenábamos en la parte oeste de la ciudad de Nueva York. Era una mañana fría, pero el calor de la emoción mantenía nuestra temperatura. Los miles de naranjas que se condensaban en las hojas caídas de los árboles del Parque Central contrastaban con los restos blancuzcos de la nevada caída en días anteriores. Recuerdo el grupo que se dispuso a presenciar ese último esfuerzo: Perla, el Fuco, Frida y Galo; algunos habían estado desde el primero. Terminamos y cuando eso ocurrió me fui solo hacia uno de los senderos del parque que colinda con uno de los museos. Allí, las estructuras clásicas armonizan con la modernidad en una ciudad que exhala vida en cada centímetro cuadrado. Fueron cuarenta y cinco minutos de mezcla entre éxtasis y tensión. ¿De verdad esto termina? Mientras los demás celebraban, yo me alejé.
Sentía que nadie, o, más bien, que muy pocas personas, podían entender lo que significaba para mí terminar ese período de mi vida en el que las circunstancias me habían dicho que no, que no podía, que no debía. Todas las señales de la lógica convencional que recibí durante esos tres años me decían que no podría correr el maratón de Nueva York.
Por supuesto, lloré.
Mis lágrimas caían igual que caían los muros, las percepciones, los paradigmas. Igual que yo caía en cuenta de que sí era verdad, de que aquello estaba ocurriendo. La sensación era muy grande; más grande que la ciudad; más grande que el mundo. Fue como una explosión. Al fin, lo que había soñado durante tanto tiempo, se haría realidad.
Estuve un rato solo, llorando.
Luego llegó Perla Sananes, mi amiga de la infancia, hermana del alma, socia, mi compañera en este maratón de la vida profesional, social y de sueños por construir. Ella dirigía todo y el mínimo detalle era vital; lo había vivido todo, lo conocía todo y lo sentía todo conmigo. Nos abrazamos. Un abrazo que duró cien años. Ahí se condensaron la felicidad y el dolor. Yo sentía que mi llanto era un grito al mundo, un grito que resumía una pregunta sobre la dificultad de las cosas.
Durante unos instantes me sentí con el derecho de preguntarle a la vida, con humildad, pero también con rabia: «¿Por qué lo haces todo tan difícil? ¿Por qué todo es tan difícil para mí?».
Después de pensarlo y de recordar esos momentos, me doy cuenta de que si tienes el coraje de hacerte esas preguntas, debes tener el coraje de soportar las respuestas. ¿Por qué todo es tan difícil? Para que te lo merezcas. Para que te lo ganes.
A pesar de su dureza, esos cuestionamientos entrañan algo muy importante. Supe que esa respuesta no era solo para mí, sino para todos aquellos que hacen lo que tienen que hacer, aunque les cueste y se les haga extraordinariamente difícil.
De las experiencias previas al maratón de Nueva York, esa fue muy importante porque para mí fue un momento de perdón. Ese día, después del último entrenamiento, sentí que me perdonaba a mí mismo por todo lo duro que había sido conmigo hasta llegar ahí, a la línea de salida.
Fue un momento de paz y aceptación. Yo aceptaba que había dado lo mejor que podía dar y ya no importaba lo que ocurriera el domingo, en el maratón. Fue un momento de dignidad. Como lo había entregado todo, me sentía bien conmigo mismo.
Eso me ayudaba, además, a sentirme bien con respecto a los demás, a esos que me acompañaban en la aventura neoyorquina y a todos aquellos que me acompañaban de espíritu y corazón. Uno sabe cuándo hace algo por sus propios sueños, pero también para mucha gente, lo que le da trascendencia y hace que uno sienta una enorme responsabilidad. Mi sueño es la gente; siempre ha sido así. Yo me sentía en paz conmigo mismo y con todos, además de preparado para el enorme reto que tenía por delante.
Para mí la magia consiste en sentirse con el poder de permitir que las cosas pasen. Uno no tiene la magia de hacer que todo se mueva o que ocurra todo como desea. Uno es parte de los procesos, de la magia, del truco, por eso debemos prepararnos. Esa preparación te da paz y fe. Eso era lo que yo sentía ese viernes, después del último entrenamiento.

Contenido
Introducción
Parte 1. En La Línea de Arranque
- Dos días antes del maratón de Nueva York
- Un imprevisto inspirador
- El puente Verrazano-Narrows
Parte 2. Trazar un sueño es definir una meta
- O de cómo nació un anhelo
- La persistencia de un deseo
- Un mundo de paz
- Si no puede ser hoy, ¿ por qué no mañana?
- Un sueño grande
- En el camino hacia la meta, se unen voluntades
Parte 3. Entrenamiento para soñadores
- « Si no te rindes, yo no me rindo…»
- Mis primeros 7K
- Las piedras en el camino
- Mis primeros y accidentados 10K
- Un nuevo camino
- Una meta invisible: media maratón
Parte 4. Un nuevo comienzo para un sueño grande
- La incertidumbre del riesgo
- La construcción de un mensaje
- Más cerca de la otra mitad
- Vamos, Maickel
Parte 5. Un sueño grande: los 42K
- Hora de partir
- La línea de salida
- La paz del guerrero
- Venezuela es la meta, el gran equipo
Album.

Detalles
Capítulos
Número de Páginas
- Idioma: Español
- Fecha de Publicación: 27 de Octubre de 2020
- Dimensiones: 15.24 x 1.67 x 22.86 centimentros
- ISBN-13: 979-8554531651
- Peso: 458 gramos
- Formato: Digital (Kindle) y tapa blanda

Maickel Melamed

Maickel Melamed es venezolano, economista de la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, psicoterapeuta especializado con más de 15 años de experiencia internacional en mentoría estratégica para líderes y empresas, conferencista, enfocado siempre en que la gente logre resultados extraordinarios. Reconocido en el 2012 por el Foro Económico Mundial como Young Global Leader.

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Maickel Melamed
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“Hay gente que nació para caminar y otra que nació para abrir caminos. Maickel Melamed nació para hacer ambas cosas, y también inspirar a los seres humanos a emprender su propio andar por la vida”, dice el comunicador y conferencista Eli Bravo en el prólogo de este libro.
Si lo sueñas, haz que pase. Mi vida entre héroes y maestros es, más que una autobiografía, una invitación a conocer al ser humano que, venciendo todos los diagnósticos médicos, se planteó que nada es tan grande como para no intentarlo.


Versión en Español
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Sin miedo a volar es un libro ilustrado para niños que habla sobre el valor de perseguir nuestros sueños. Su autor, Maickel Melamed, narra una hermosa historia sobre cómo, trabajando en equipo, es posible conseguir lo que más deseamos.